La economía brasileña cerrará este año con una contracción del 3,6% y la inflación situada en un 10,8%, de acuerdo a un informe divulgado este miércoles por el Banco Central, en el cual se prevé que esa delicada situación continuará en 2016.
Para el año próximo, el Banco Central prevé que la economía se mantendrá en esa trayectoria negativa, aunque con una leve mejoría, que se traducirá en una contracción del 1,9%, con una inflación del 6,2%.
De confirmarse esos resultados, ya anticipados por la mayoría de los analistas del sector privado y por organismos internacionales, este año la economía brasileña habrá tenido su peor evolución desde 1990, cuando cedió un 4,35%.
En su informe, el Banco Central atribuye esa situación a factores externos, a “desequilibrios” internos y también a un “escenario de incertidumbre asociado a eventos no económicos”.
Esa última observación pareció aludir a la grave crisis política que atraviesa el país y a la posibilidad de que la presidenta Dilma Rousseff sea sometida a inicios del año próximo a un juicio con vistas a su destitución.
Ese proceso está en manos de la Cámara de Diputados, que ya ha anunciado que lo retomará a partir del próximo 2 de febrero, cuando concluirá el tradicional receso parlamentario de fin de año, que comenzó este martes.