La economía de América Latina ha dejado de empeorar y esboza una recuperación, con la gran excepción de Brasil, que está sumido en una recesión y merma los datos de crecimiento de la región, según un estudio presentado hoy por el banco brasileño Itaú.
El estudio señala que la economía latinoamericana sufrirá una retracción del 0,2 % este año y crecerá un 0,6 % el próximo, aunque si se excluyen los números de Brasil, el resto de la región tendría una expansión del 1,5 % en 2015 y del 1,7 % el año siguiente.
El economista jefe del Itaú, Ilan Goldfajn, afirmó que en toda la región se ha “estabilizado” la situación después del “choque” producido por la caída del precio de las materias primas, lo que ralentizó la actividad económica, afectó la cotización de las divisas de estos países y causó inflación.
La excepción es Brasil, en donde no se ve “ninguna señal” de mejoría y se espera una recesión del 3,2 % este año y del 2,5 % el próximo, según los datos del mayor banco privado brasileño, que son peores que los pronósticos oficiales.
Según el Itaú, los datos de crecimiento mejorarán en países como Perú (2,8 % en 2015 y 3,8 % en 2016), México (2,2 % y 2,8 %), Chile (2,0 % y 2,5 %) y Paraguay (3,0 % y 4,0 %).
En Colombia (3,0 % y 2,8 %) y Uruguay (2 % en ambos años) la situación se mantiene prácticamente estable y en Argentina (0,5 % y menos 0,5 %) la economía empeorará por la necesidad de que el Gobierno que sea elegido en las elecciones del próximo 22 de noviembre “comience” a adoptar las medidas de ajuste que son necesarias y aún no se han tomado, según Goldfajn.
El informe del Itaú indica que Argentina necesita hacer ajustes en el tipo de cambio dado que las reservas netas del país son inferiores a 10.000 millones de dólares, también debe mejorar su situación fiscal, controlar la inflación, que está en torno al 30 %, y hacer frente a un escenario externo “adverso”.
Según el banco, una eventual victoria del candidato opositor a la Presidencia, Mauricio Macri, “beneficia al país” porque “mejoraría” la relación del Gobierno con el sector privado, contribuiría a “liberalizar gradualmente” el mercado de cambio, sería “menos proteccionista” y podría lograr un “acuerdo más rápido” con los acreedores.
En el caso de Brasil, el economista jefe del Itaú dijo que la recesión permanecerá mientras no se logre una solución para el problema del déficit fiscal, algo que juzga complicado por la crisis política que atraviesa el país.
El Itaú calculó que Brasil necesita hacer un ajuste, por medio de la subida de impuestos o del recorte de gastos, equivalente al 3,5 % del producto interior bruto (PIB) para lograr recuperar el “equilibrio” en la deuda pública.
“Este 3,5 % es lo que paraliza la economía”, dijo Goldfajn, que alertó de que la inversión privada está “congelada” por la “incertidumbre” que produce la situación política y la falta de soluciones al problema fiscal.
Según el economista, los planes de austeridad que pretende impulsar el Gobierno de Dilma Rousseff están en la línea “correcta”, pero no salen del papel por las “dificultades” para su aprobación en el Congreso.